Oportunidades de formación

Tras algo más de un año como subdirector de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), la patronal española de control de plagas, Jorge Galván es un apasionado de la formación. En particular, las oportunidades que tienen los profesionales del sector de mejorar no sólo su propia imagen, sino también la profesionalidad del sector.
Afincado en la capital española, Madrid, Jorge es doctor arquitecto y tiene experiencia en el campo de la protección de la madera, en particular en su promoción como material de construcción. Durante diez años, antes de incorporarse a la ANECPLA, trabajó como profesor en el Centro de Estudios de Salud Ambiental (CEDESAM) en colaboración con la ANECPLA. Por eso es fácil comprender su pasión por la formación.
Preguntado por su visión del sector en la actualidad, Jorge explica cómo vivimos ahora en un mundo cambiante. El sector tiene que prepararse para la reducción del número de biocidas disponibles, buscar métodos alternativos de control, además de que el cambio climático y los viajes han provocado la llegada de nuevas especies invasoras de plagas.
Pero, ahora en particular, todos nos enfrentamos al cambio con la llegada de la pandemia de coronavirus. Pero esto puede ofrecer oportunidades si se añaden servicios de desinfección. Es muy posible que el sector salga reforzado de esta crisis.

La formación favorece el cambio

Para prepararse para el cambio, Jorge insiste en la necesidad de formación a todos los niveles, no sólo de los técnicos, sino de todo el sector, desde los que atienden el teléfono hasta los directivos. Para las empresas de control de plagas, la mayoría de las cuales son pequeñas y medianas empresas (PYME), no hay que olvidar la formación de directivos. Como industria, es buena para formar en cuestiones técnicas, pero no tanto para las orientadas a los negocios.
De cara al futuro, insiste una vez más en la necesidad de la formación y su armonización en toda Europa, objetivo al que contribuye la CECoP. La gestión de plagas es una función importante que la sanidad pública en su conjunto suele pasar por alto, hasta que algo sale mal.
Los técnicos deben considerarse asesores y valorar su servicio. Sin embargo, la primera persona a la que alguien debe valorar es a sí mismo. Reconozca el importante papel que desempeña.