Ep.17 Control de plagas en Italia
El control de plagas en Italia durante Covid-19 protagoniza la entrevista de esta semana de Talking Pest Management con Monica Biglietto. Afincada en Nápoles (Italia), Monica es química de formación, directora ejecutiva y técnica de la empresa de control de plagas Fumigat Srl. Es la representante de ANID (la asociación profesional italiana de control de plagas) en CEPA (Confederación de Asociaciones Europeas de Control de Plagas) y también forma parte de la junta directiva de CEPA.
Preguntada por la reacción inicial de Italia ante la crisis de los Covid-19, Mónica admite que al principio fue de confusión. Pero ella resume claramente el reto actual: “Tuvimos que pasar de ocuparnos de las macroplagas a las microplagas invisibles. La desinfección se convirtió en nuestra actividad principal, con la seguridad de nuestro propio personal como consideración clave”.
Con ropa de protección difícil de encontrar, equipos de personal y sus viajes reorganizados y todo el personal administrativo trabajando desde casa, las operaciones se volvieron muy diferentes. Sin embargo, la crisis ha hecho que el valor y el nivel de profesionalidad del sector adquieran un mayor reconocimiento público. Gracias al liderazgo de la ANID a nivel ministerial y a la elaboración de guías y protocolos, el sector ha colaborado de forma cooperativa, en lugar de competir.
La fumigación siempre ha sido un sector importante en Italia y, preguntada por las razones, Mónica explica cómo siempre ha existido una cultura de la fumigación, como tratamiento reconocido contra la actividad bacteriana, probablemente provocada principalmente por las altas temperaturas, a menudo superiores a 40 °C, durante largos periodos en el país.
De cara al futuro, Mónica destaca el papel cada vez más importante que desempeñan las mujeres en el sector, así como la importancia de las actividades del Memorando de Entendimiento (MdE) de la CEPA, que fomentan la profesionalidad, y anima a todos a participar en ellas.
Para un futuro a más largo plazo, de 10 a 20 años, Mónica ve un gran reto, por respeto al medio ambiente, pasar a un control de plagas con un uso vital, o nulo, de biocidas. El calor -tanto frío como caliente- junto con el uso de trampas físicas se consideran alternativas ideales.